Terapia hortícola: cuidar las plantas es bueno para la salud

| |

El secreto no es correr detrás de las mariposas… 

es cuidar el jardín para que ellas vengan a ti.

(Mário Quintana)

Todos sabemos y está científicamente demostrado que algunas plantas contienen principios activos y otras sustancias que aportan beneficios a nuestra salud física. Esto es un tema que me fascina y que me apasiona investigar, pero hoy quería hablarte de otro aspecto curativo de las plantas que obtenemos a través de la horticultura. La terapia hortícola, así es cómo se llama la terapia con plantas, nos aporta muchos beneficios para la salud.

El cuidado de las plantas es una actividad que puede ayudarnos a relajarnos y contribuir a nuestro bienestar. Más allá de sus beneficios para la salud, puede transformarse en un pasatiempo entretenido para adultos y niños y transformar tu hogar en una pequeña jungla urbana. 

¿Te gusta la idea? Descubre más y empieza a disfrutar tú también del arte de cultivar plantas.

¿Por qué cuidar las plantas se considera una terapia?

La horticultura es el arte de cuidar de la tierra y de las plantas para que sean fructíferas. La acción de utilizar el medio natural y cultivar para la supervivencia se ha transformado en un vínculo esencial para el bienestar del ser humano, pero el estilo de vida actual nos ha alejado del entorno natural.

Necesitamos la naturaleza y sobre todo quien vive en las ciudades es cada vez más consciente de esto. Estudios e investigaciones se están llevando a cabo en diferentes campos para comprender lo que se define como Trastorno de Déficit de Naturaleza. En este artículo puedes saber más sobre el tema.

El cultivo de plantas más allá de ser una actividad importante porque nos permite obtener alimentos y principios activos para aliviar y curar enfermedades, también es instrumento educativo y socializador. Cultivar y cuidar plantas nos acerca a la naturaleza, con la que tenemos un vínculo innato. Hace más de medio siglo países como Reino Unido, Irlanda, Alemania, Canadá, Estados Unidos reconocen los potenciales de la terapia con plantas. 

Cultivar un huerto en casa puede producir cambios fisiológicos que mejoran la salud física y mental. Encuentras más detalles en este documento (Ceapat – Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas).

Lo más interesante es que cultivar plantas como terapia está al alcance de todos y puede mejorar la calidad de vida de las personas de todas las edades.

¿Cuáles son los beneficios de la horticultura para el ser humano?

Cuidar de las plantas tiene varios aspectos positivos:

  • Sembrar, regar, cuidar y ver nuestras plantas crecer es un buen ejercicio para aprender a relajarse, evadirse de los pensamientos negativos y una forma de meditación.
  • Puede ser una buena actividad también para realizar en familia. Suele ser bien aceptada por los más pequeños que se emocionan al asistir a todas las etapas de desarrollo de las plantas.
  • Al observar y acompañar el crecimiento de la planta y de sus frutos, los niños pueden mejorar los hábitos alimenticios, acostumbrarse a comer también vegetales y frutas.
  • Al hacer actividades al aire libre la luz solar aumenta nuestros niveles de endorfinas, por esto la Terapia Hortícola ya está presente en muchos programas de cura dirigidos a personas con problemas de depresión.
  • Comer frutas y verduras producidas en tu propio jardín urbano es una gran satisfacción. Además, contribuye a una dieta saludable por la ausencia de pesticidas y contaminantes.
  • Cuidar plantas para aprender a relajarse puede ser una terapia antiestrés a bajo coste, que no requiere de muchos recursos y tampoco implica ser un horticultor especializado.

¿Cómo cultivar plantas para relajarse? 

Si es la primera vez que te dedicas a la jardinería estas sugerencias te pueden ser utiles:

  • Puedes comprar una planta en la floristería aprovechando la experiencia de un experto que sabrá aconsejarte la especie que mejor se adapte a las condiciones de luz y espacio de tu casa y te proporcionará informaciones sobre el cuidado.
  • Si quieres acompañar el crecimiento desde el origen puedes adquirir semillas de aromáticas o flores y sembrarlos tú mismo. Los sobres se encuentran a la venta también en algunos supermercados y vienen con toda la información necesaria sobre el periodo de siembra y los cuidados básicos.
  • Algunas plantas como el potus o la cayena son muy fáciles de cuidar. Otras como el tomillo o los cactus se reproducen fácilmente por injerto. Si tienes amigos con la misma pasión podéis intercambiar esquejes y hacer que tu jardín crezca sin gastar dinero.
  • Para dedicar a tu grande o pequeño jardín los cuidados que necesita, en Internet encuentras miles de vídeo tutoriales y blogs dedicados al tema. Seguro encontrarás la respuesta  a cada una de tus dudas. Si lo prefieres, tanto en las bibliotecas como en las librerías tendrás a disposición una gran variedad de libros y revistas con consejos e imágenes que te ayudarán a elegir el tipo de cultivo (plantas ornamentales, aromáticas, hortalizas o flores) teniendo en cuenta el espacio a disposición y su exposición a los rayos del sol durante el día.

¿En busca de referencias? Puedes empezar por estos blogs:

O libros como estos:

En las ciudades también es cada vez más frecuente encontrar cursos de jardinería, huertos colectivos y espacios verdes dedicados al cultivo.

Para los más motivados existen mesas para huerto urbano que permiten realizar un huerto en el balcón o terraza ocupando muy poco espacio.

Definitivamente, cuidar de las plantas en tu jardín, balcón o casa puede ser muy relajante y hacernos más felices.

¿Te gusta cultivar plantas? ¿Qué es lo que más te gusta de esta actividad?

También te podria interesar

Cómo relajarse en casa: 5 formas efectivas de aliviar el estrés

¿Qué tipo de planta escoger según tu personalidad?

Friluftsliv: la pasión por las actividades en contacto con la naturaleza

10 comentarios:

  1. Interesante artículo, Annalisa. También yo disfruto con los cuidados del jardín. Volvemos de esta manera a nuestro origen de recolectores, al contacto con la tierra y la naturaleza y esto nos hace estar en (y reconocer) nuestra propia identidad como seres humanos.

    Responder

Deja tu comentario