Santa Hildegarda de Bingen, patrona de la medicina natural

| |

Hace unas semanas te hablaba de la fascinante vida de Juliette de Baïracli Levy, una herbolaria de renombre internacional y una de las pioneras de la medicina veterinaria holística. En esta ocasión, te presento otra mujer que con su trabajo de investigación y su espíritu progresista contribuyó a difundir el uso de las plantas medicinales. Su nombre es Hildegarda Von Bingen, o Hildegarda de Bingen en español.

Una de las mujeres más influyente del medioevo

Hildegarda nació en Bermersheim (Alemania) en 1098 y desde niña fue consagrada por sus padres a Dios y entró en el monasterio.

Hildegarda ya desde la infancia confesó experimentar visiones, algo que la acompañará durante toda la vida.

Casi cuarenta años después, cuando murió su maestra, Hildegarda se convirtió en abadesa del convento.

En este período, empezó a escribir sus visiones bajo permiso del pontífice y por intercesión del abad y el obispo. Por supuesto, en ese período escribir (así como otras actividades intelectuales) era algo reservado para los hombres. Especialmente en instituciones eclesiásticas. Sin embargo, abad y obispo convencieron al pontífice porque veían una interesante oportunidad la de tener una visionaria en el monasterio, puesto que generaría más donativos y fomentaría el aumento de monjas.

Este permiso le otorgó gran poder como mujer eclesiástica, pero fue sobre todo su inteligencia y sabiduría que llegó a ser una de las mujeres más influyentes de su época.

Además de interesarse por la cura de los enfermos, Hildegarda fue teóloga, poeta, filósofa, compositora y naturalista. En este último campo se dedicó sobre todo al estudio de las especies medicinales clasificando y describiendo sus propiedades para la cura de enfermedades.

Si quieres conocer más detalles acerca de la vida de Hildegarda von Bingen, te sugiero este post de Mujeres con Ciencia.

También puedes optar por la película Visión de la directora Margarethe von Trotta sobre la vida de Hildegarda:

Santa Hildegarda y su contribución a la ciencia

La transcripción de sus visiones le permitió reunir la información en varios libros. Además de publicar obras de poesía y música, Hildegarda de Bingen escribió un volumen sobre los elementos naturales y sus propiedades. La obra original, con el título “Libro sobre las propiedades naturales de las cosas creadas”, fue luego dividida en dos obras: “Historia Natural” y “Libro de la Medicina Sencilla”.

En este libro se describen más de 500 elementos naturales, entre los cuales plantas y árboles, sus propiedades y recetas para su aplicación.

Si te interesa el “Libro de medicina sencilla” de Hildegarda de Bingen encuentras la versión en español de la Editorial Akrón.

Con sus escritos, Hildegarda no solo hizo posible difundir conocimiento sobre el uso de remedios a base de plantas, sino que contribuyó con sus ideas a la ciencia. En sus obras, por ejemplo, habla de los elementos naturales como bases de la creación, algo muy poco ortodoxo en ese período. 

muestras de plantas medicinales del convento
Muestras de plantas medicinales que se utilizaban en los conventos. Exposición Monestir de Pedralbes, Barcelona.

Entre sus aportaciones más destacadas están las descripciones anatómicas y de funcionamiento del cuerpo femenino, de las más detalladas que se conocen hasta ese período.

Con relación al estudio de las plantas y sus propiedades, Hildegarda de Bingen pudo experimentar en el jardín del convento. Además, es posible que hubiera tenido acceso a las obras de los médicos de la antigua Roma. Los estudios junto con la observación y la experimentación la llevaron a entender mejor las propiedades de las plantas y cómo actuaban.

El enfoque que utilizó en el tratamiento de los enfermos se basaba en la desintoxicación, la nutrición y el uso de plantas medicinales. Un enfoque que casi mil años después sigue siendo de uso en el ámbito de la medicina natural.

Hildegarda murió a los 81 años el 17 de septiembre de 1179. En diciembre de 2011 le ha sido otorgado el título de «Doctora de la Iglesia» por el Papa Benedicto XVI y desde 2012 está inscrita en el catálogo de los santos como Santa Hildegarda de Bingen, patrona de la medicina natural.

Plantas medicinales en el jardín del Monestir de Pedralbes en Barcelona.

En Barcelona, en el Monestir de Pedralbes, es posible visitar la exposición “Plantas, remedios y apotecarios” que nos aproxima a los conocimientos científicos que se desarrollaron en los monasterios a partir de los conocimientos de la medicina de las antiguas Roma y Grecia. Hildegarda de Bingen, es una de las protagonistas de su período.

También te podria interesar

Qué significa observar la naturaleza y cómo se hace

¿Qué se puede recolectar en el campo esta primavera? Entrevista a Maria de EndèmicaNatura

Imágenes de flores silvestres de primavera y sus nombres

6 comentarios:

  1. Me encanta la obra de Santa Hildegarda de Bingen y su tratado de plantas medicinales,
    Trabajo en un proyecto de Medio Ambiente y elaboráramos cosmética Bio Terapéutica.
    Todo lo relacionado con plantas me apás Ainoa.

    Saludos

    Responder
    • Hola Rosa Maria, ¡qué bien! Me alegra saber que compartimos la misma pasión 🙂 Cuéntame más de tu proyecto, parece súper interesante!!

      Responder
    • Hola Verónica, en el LIBRO DE LAS CAUSAS Y REMEDIOS DE LAS ENFERMEDADES no se menciona la moringa y probablemente porque se trata de una especie originaria del norte de India que se difundió luego en otros continentes pero llegó a Europa en período relativamente reciente. Hay fuentes que indican que quizás se cultivara en la península ibérica en algunos lugares de Al-Andalus y aparece en un listado del plantas del Real Jardín Botánico de 1796. De todos modos, creo que difícilmente Santa Hildegarda de Bingen haya podido entrar en contacto con esta planta. Pero igual me equivoco. Ya me dirás si has encontrado informaciones al respecto. ¡Un abrazo!

      Responder
  2. Gracias por tan interesante información sobre Hildegarda de Bingen, quería saber sobre su vida y obra, y aquí he encontrado, extensa y fascinante lectura.

    Responder

Deja tu comentario